El Albayzín desde otro punto de vista

El pasado domingo 26 de noviembre el barrio del Albayzín acogió la primera de las visitas urbanas que tenemos programadas en este lanzamiento del proyecto ECODÍAS.

Pero no fue la típica visita turística a este espectacular barrio granadino, ya que ECODÍAS es una iniciativa con un alma particular, conocer nuestro patrimonio, pero desde una perspectiva sensibilizadora y especialmente vinculada con el patrimonio natural, sin olvidar que el patrimonio es un concepto amplio en el que los límites entre lo natural, lo cultural, lo etnográfico, etc. no son fáciles de marcar.

Así que, un nutrido grupo de participantes nos adentramos a descubrir el barrio con una nueva mirada, un acercamiento en el que el agua marcaba el ritmo y los contenidos de la jornada.

Partiendo desde el comienzo del embovedado de nuestro río Darro iniciamos un ascenso hasta el mirador de San Cristóbal salpicado de paradas para descubrir los numerosos restos patrimoniales vinculados con el agua.

La propia orografía de la ciudad, moldeada por los diversos cauces de agua que hubo o que hay, ya nos planteó la primera reflexión, por qué elegimos este lugar de asentamiento, cómo garantizamos su suministro de agua, de dónde procedía ese preciado líquido, etc.

La minería del río Darro, una visita Al Bañuelo, la Puerta de los Tableros, los molinos y otras infraestructuras industriales de la calle San Juan de los Reyes, fueron nuestras primeras paradas.

A partir de ese punto, un ascenso hacia la Casa de los Mascarones, corazón del sistema urbano de reparto del agua y fin de la acequia de Aynadamar, en el que como el juego de la oca, pero en este caso de aljibe en aljibe, reflexionamos sobre el uso de los mismos, su historia, su importancia para el crecimiento y mantenimiento de la sociedad, los oficios del agua, su reparto, su uso y vinculación religiosa, etc. Incluso nos atrevimos a hacer “algún teatrillo” y escuchar y tatarear alguna canción.

En un último trayecto conocimos a un singular personaje, el duende Martinico, protector del agua de la ciudad y sus infraestructuras asociadas, ejemplo de como el agua impregna la cultura popular y lamentablemente también símbolo de la pérdida de un patrimonio cultural inmaterial de gran importancia. Ya en el singular aljibe de San Cristóbal acabamos de seguir al agua del Albayzín, acabando la actividad en el magnífico mirador del entorno, que de nuevo nos mostró como el agua dibujó nuestra ciudad.

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