El atardecer, de paseo periurbano

Que Granada tiene mucho por descubrir, incluso para los propios granadinos, es algo que debería de llenarnos de satisfacción, pues es un ejemplo más de que nuestro rico patrimonio es incuestionable.

Y el paseo Un rodeo a la Sabika del pasado sábado por la tarde noche es buen ejemplo de ese patrimonio menos conocido que nos envuelve y arropa, ejemplo de un pasado que deberíamos poner en valor.

Esta visita contó, al igual que la próxima visita del 18 de mayo Cerro San Miguel-Albayzín, de una característica singular, fue programada en horario de tarde noche, para hacerla coincidir con un atardecer, que además de librarnos del calorcillo que hubo ese día, nos regaló unas vistas inigualables desde uno
de los miradores más gustosos de Granada, la Silla del Moro, a la que accedimos por el afortunadamente cada vez más recorrido paseo del Rey Chico o Cuesta de los Chinos. Con el añadido final de paseo algo más aventurero ya con una noche más entrada y con las linternas alumbrando nuestro paso.

Cuatro horas de visita que supuso, más que Un rodeo a la Sabika, nombre como el que se conoce a la colina donde se emplaza la Alhambra, Un enorme paseo a la Sabika, que nos condujo desde la margen izquierda del río Darro, hasta la margen derecha del río Genil, ya a la altura de Puente Verde. Entornos periurbanos, en su día, de nuestra ciudad, que comparten unas características muy similares en cuanto a la evolución natural de sus colinas y los asentamientos humanos tradicionales, las más conocidas cuevas del barrio del Sacromonte, con el más desconocido barrio de cuevas del Barranco del Abogado, tramo final de nuestro paseo.

Y por el camino, al que añadimos algunos trocitos que no estaban en el programa, pero que por su cercanía no pudimos dejar de visitar, visitamos algunos de los restos patrimoniales más desconocidos del entorno del Parque Periurbano Dehesa del Generalife.

En especial queremos señalar el buen hacer e ingenio de nuestros ingenieros del pasado, que idearon todo un complejo, fascinante e increíble, aún para nuestros días, sistema de gestión del agua, que permitió llevar este indispensable recurso a nuestra ciudad y surtir a algunos de los palacios, hoy
restos arqueológicos, más significativos. La acequia real de la Alhambra, la Alberca Rota y sus norias, El Albercón del Negro, el Palacio de Dar-al-Arusa, el Palacio de los Alixares, etc, fueron algunos de nuestros protagonistas.

Una jornada que nos permitió también transitar por el Parque Periurbano Dehesa del Generalife, especialmente por su zona de olivar y algo de pinar, pulmón y zona de esparcimiento de Granada, que tenemos que conocer con más profundidad para valorarlo y luchar por su conservación.

Seguro que alguno de nuestros veteranos participantes en esta iniciativa se sorprendió un poco de que en esta visita el medio natural fuese uno de nuestros protagonistas. Pero, a nuestro entender, esa es una de las verdaderas riquezas de nuestra ciudad. Podemos darnos el gusto de en un mismo paseo, al paso de nuestro andar, visitar una ciudad, sentirnos en un pueblo y respirar naturaleza, tres en uno, mejor imposible.

Y como siempre en nuestras visitas, alguna leyenda, un cante pegadizo, algunos rincones descubiertos, etc.

Gracias a todos por la jornada y de nuevo, a la Fundación Caja Rural de Granada por brindarnos esta oportunidad.

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