Nunca llueve a gusto de todos, dice el refrán, pero es tan necesaria el agua en nuestros campos y montes que, bienvenida sea esta, aunque le de por caer poco antes de un paseo, y también durante el mismo, después de muchas semanas sin una gotica. ¡Qué para mantener nuestro Bosque de la Alhambra, hace falta agua!, por muy regado y cuidado que esté.
El hecho real es que esa amenaza de agua no bajó ni un ápice la participación en la actividad, de nuevo un lleno casi absoluto en esta primera actividad con la que retomamos el programa ECODÍAS, de la Fundación Caja Rural de Granada, tras el parón invernal. Pero además de nutrido, el grupo fue muy diverso, en cuanto a los participantes, una noticia magnífica, porque al igual que intentamos transmitir en nuestras visitas a espacios naturales, la diversidad siempre es riqueza.
Así que una vez creado el grupo y hecho el primer pequeño trayecto cuesta arriba, la Puerta de las Granadas, inicio del paseo y antesala del Bosque de la Alhambra, estaba ahí esperándonos a conocerla.
Una visita completita, para intentar ver muchas de las múltiples cosas que esconde este bosque.
Cosas naturales, como la propia historia de origen y evolución de este bosque, del por qué de su aparición y desaparición en determinados momentos, algunos de los árboles más significativos que tiene, que nos sirvieron de ejemplo para reflexionar sobre la importancia de la conservación de la biodiversidad como elemento potencialmente salvavidas de la humanidad, etc.
Pero también una oportunidad para descubrir parte del patrimonio arquitectónico y cultural de este espacio, desde elementos más conocidos como la puerta de las Granadas o la Puerta de la Justicia, a elementos que, por más pequeños, lo mismo a alguno de nuestros participantes nunca había reparado en su presencia, como la varias cruces colocadas en el lugar o la fuente en homenaje a Ángel Ganivet.
Tampoco faltaron un buen puñado de leyendas con las que amenizar una mañana de paseo y descubriendo el maravilloso espacio del Bosque de la Alhambra, un lugar que, estación tras estación, merece nuestras visitas.
Esta era la primera actividad de 2025, pero es solo la primera de un montón de oportunidades para conocer nuestro patrimonio más cercano, nuestros espacios naturales y contribuir a su conservación. ¡Os esperamos en otra!
Ahora algunas fotos remitidas por los propios participantes, pocas pues el agua no facilitó el arte de la fotografía.




