Bueno, ha sido una magnífica noticia para nuestros montes y campos eso de tres semanas de nubes y aguas seguidas, pero la verdad es que ya teníamos ganas de poder salir al campo para continuar con alguna de las propuestas programadas en ECO DÍAS, programa de la Fundación Caja Rural de Granada. Y al tercer intento, la visita Acequia Real de la Alhambra y la Minería del oro, pudo realizarse.
La espera mereció la pena pues de las copiosas lluvias pasamos aun día primaveral total, que nos acompañó durante toda la jornada y que, junto con los días previos, elimino los barros del camino. Así que pudimos disfrutar de lo lindo del programa planteado.
Una primera parte de la jornada que tenía como temática principal la Acequia Real de la Alhambra, bueno y no solo esa acequia, sino conocer como fue evolucionando el sistema de acequias que se fueron implantando al margen izquierdo del cauce del río Darro para poder llevar las aguas a los distintos puntos de la ciudad palatina de la Alhambra o del Cerro del Sol en los que eran requeridos. Así que la Acequia Real pasó a ser la del Tercio y la de los dos Tercios, a esta se sumó una ampliación de la ya presente anteriormente acequia de los Arquillos, luego se sumó la construcción de la acequia nueva de suministro de agua, etc.
Unas acequias que no solo eran muestra de un conocimiento muy avanzado de ingeniería en épocas pasadas, que hoy en día sigue sorprendiendo, sino que son reflejo de la evolución de este elemento vivo de nuestro patrimonio para adecuarse a las necesidades de él requeridas. Pero también elemento indispensables que aporta multitud de servicios adicionales en su transcurrir. Y ya que estábamos en primavera, y la primavera la sangre altera, ahí estaban los sapos, en plena actividad.
Poco a poco llegamos a la Presa Real, y aunque ya habíamos visto algunos otros escondidos restos vinculados a la minería del oro del Darro, la segunda parte nos llevó a cruzar Los Arquillos para dirigirnos a la Hoya de la Campana, el espectacular complejo minero situado a las alturas de Lanchas del Genil. Pero antes de llegar ahí, pudimos hacer balance de algunos de los “disparates” que a lo largo del tiempo se han ido planteando en este entorno maravilloso de Jesús del Valle. Que si un túnel para traspasar las aguas del Darro al Genil, que si la creación de una presa, que si el cierre del anillo de las circunvalaciones de la ciudad de Granada. Menos mal que ninguno salió adelante, y menos mal que hoy en día este paraje está declarado Bien de Interés Cultural, por sus valores naturales, históricos y patrimoniales deben de ser conservados y puestos en valor.
Por los Arquillos pasaban ya las necesarias acequias para abastecer de agua al complejo minero romano de la Hoya de la Campana y su entorno, y estas canalizaciones, modificadas a lo largo del tiempo, fueron abasteciendo a los ya más modernos frentes de explotación de la fiebre minera de la segunda mitad del siglo IXX.
Desde el corazón de la zona vaciada de las minas apreciamos la enormidad de los movimientos de tierra que se produjeron en estas “Médulas granadinas”. Pozos, galerías, frentes de explotación, canales de lavado, acumulaciones de escorias de distintos tamaños, etc. son hoy testimonio de ese trabajo minero.
Finalmente, nos acercamos a la instalación más significativa de la minería de finales del IXX, la fábrica emprendida por el empresario francés Adolfo Gaumpil.
Esperamos que poco a poco estos dos importantes elementos del patrimonio granadino sean cada vez más conocidos y apreciados por todos nosotros, lo que sin duda, conducirá a su conservación.
Gracias a todos los asistentes por haber compartido con ECO DÍAS esta jornada que da inicio a un programa de primavera en la que desarrollaremos múltiples propuestas.



















